lunes, 16 de enero de 2012


Crónica de la vez que desperté y no encontré Minerva por ningún lado.


Cuando desperté en el  motel aquella mañana no me sentía nada bien, había votes de cerveza, restos de cigarrillos y una especie de polvo blanco regados por casi todos lo rincones de aquel cuarto.

Me vestía lentamente, sin ganas, de igual manera lentamente buscaba mis prendas, y en esta forma  “lentamente”  me coloque el pantalón, los calcetines, los calzones, la camisa azul que mamà me regalara un día de cumpleaños  y que tanto me gusta y buscaba en los rincones menos comunes  donde pudieran estar, mis anteojos.

En mi búsqueda de anteojos encontré una de las cajas de marlboro con algunos dentro que fueron como una bendición del cielo, sin pensarlo y suspendiendo la búsqueda de las gafas encendí el primer cigarro del día y en cada bocanada de humo que mis pulmones aspiraban iba despertando a la cruda realidad de estar solo en un cuarto de motel;  donde no se puede estar así………….. Pensé.

Comencé por hacer algunas pequeñas metáforas y dije:

Esto se parece como un salón de clases sin maestra.
Como un piano sin las manos que lo toquen.
Como una guitarra sin cuerdas………….

Que absurdo…………. pensé  las metáforas no fluían ese día.

Una guitarra sin cuerdas………..   Pero ¿que son las cuerdas? son como lo que le da vida a la madera inerte de donde sale el ritmo una dupla que no puede existir lo uno sin lo otro o ¿no?

Y dije en voz alta:

-Eres como las cuerdas que le dan vida a mi guitarra, mientras caminaba desesperado de lado a lado por el cuarto con el cigarrillo encendido.

Y sin darme cuenta descubrí que la estaba echando de menos.


Ok tranquilito pensé ella esta ahí en la cama y duerme profundamente, quizás se allá abrazado a alguna almohada pensando que eres tu, pero su cuerpo desnudo esta ahí otra vez para que lo toques y te pierdas en las curvas pronunciadas de sus formas.

Y con un terror por que en mis adentros presentía que esto no era cierto, voltee  a la cama dándome cuenta de que estaba sola, y que la silueta hermosa que su cuerpo desnudo dejo ahí; comenzaba a desaparecer.

Corrí desesperado para proteger aquella figura geométricamente aforme pero estéticamente perfecta solo para encontrarme con las sabanas frías y la atmósfera helada de la soledad.

Escuche un ruido en el baño y pensé que ella estaría ahí pero queriendo engañar a mis nervios reanude la muerta búsqueda de los anteojos.

Debajo de la cama y ella no estaba ahí, en los cajones del buró y ella no estaba ahí, busque en los pisos,  debajo de una prenda suya que se le había olvidado y ella no estaba ahí,  busque debajo de las sabanas terminando de esta manera de desbaratar las pocas formas que quedaban y enterrando con ello mi alma.


Minerva, Minerva pronunciaba su nombre en voz baja sentado a un lado de la cama encendiendo otro cigarrillo.

Y Minerva no estaba ahí se había marchado en la madrugada.

Me di cuenta de que usaba mis anteojos no se desde que momento puesto que los pocos muebles en el cuarto se habían  vuelto nítidos ante mis ojos.

Luego golpeando mis labios con el cigarrillo dije vamos "maestro" sabias que esto iba a llegar algún día.

Mas sin embargo los ruidos en el baño continuaban.

El ruido del agua caliente saliendo de la regadera despertó mis sentidos de una manera exponencial e imaginaba a Minerva desnuda de manera sensual y el agua cayendo y escurriendo por todo su cuerpo y penetrando lentamente en sus poros.

Entonces quería ser liquido y meterme por las mas obscuras cavernas de la perdición por donde no soy experto andar pero en  las cuales disfruto descubriendo como una especie de Indiana Jones, algunas las encuentro empolvadas como si en siglos ningún hombre hubiera estado ahí  y otras las menos las encuentro profanadas y redescubiertas.

Pero las de Minerva…………. Pensé 

Son mías "toda ella es mía"

Barro que moldeo con mis manos, cocido en el grado exagerado que mi pasión y caricias alcanzan.

Ella estaba ahí,  desbordando de amor fui arrojando las prendas al suelo y como un Adán moderno corrí en busca del fruto prohibido para llevarme a la boca y con ello sentir míos los más escondidos secretos del universo, su universo que era mío.

Comencé por abrazar su cuerpo desnudo  apretándolo  junto al mío, tomándola de la cintura y posteriormente baje mis manos hasta  sus  nalgas.
Ella resistiéndose un poco alejaba su boca torciendo la cabeza hacia un lado pero fijando su mirada en mi boca que estaba  sedienta de sus besos.

Luego de un rato de forcejeo sus manos rodearon mi cuello y comenzamos uno de esos intercambios de besos a los que estábamos acostumbrados casi desde que nos conocimos.

 En ocasiones mordía mi labio inferior repitiéndome intermitentemente:

- soy sádica, -soy sádica.

Baje por las extensas planicies de su cuello y no había comenzado a subir por los elevados picos de sus volcanes que en la punta exhalaban un calor impresionante capaz de fundir a cualquier hombre con el simple echo de pensar  conquistarlos, cuando me di cuenta que me había quedado dormido junto a  la cama.

De un salto me puse de pie y buscaba el cigarrillo que tenía encendido antes de que dormitara.

-"mierda me lo trague" dije al no encontrarlo por ningún lado pero eso siempre ha sido una teoría.

"Ya decídete a  entrar" ¿Que puede pasar?  Pero con un sentimiento raro en el estomago decidí planear mis acciones venideras, y al cruzar esa palabra en mi cerebro una risa incontenible se apodero de mi.

"Venideras" creo que eso estaba pasando anoche  y volví a reírme a carcajadas.

Ya serio y tranquilo…….. "venideras" que palabra.

Un shh¡ salió de mis labios colocando el dedo  índice en los mismos tienes que planear esto.

Y caminaba como loco con mi mano en la boca y la mirada gacha observando el suelo sin que realmente observara nada.

-Vamos eres un conquistador o al menos eso es lo que me dice tu primer nombre me dije, pero pensé en el segundo nombre que quiere decir muerto por dentro, pero de pie viendo las nubes pasar por encima de tu cabeza .

-Minerva diosa romana de la guerra el equivalente de atenea para los griegos y su segundo nombre debe ser doncella ò joven ò árabe pero no pude encontrarlo.

Ok, ok…. Lentamente abrimos la puerta y saltamos sobre ella y luego la tomamos si es necesario por la fuerza decía, hablando de mi mismo en varias personas.

Luego…… le proponemos matrimonio, no mejor lo hacemos luego ahora hay que amarla hasta que alguno de los dos pida paz arto de caricias y de besos,  luego le proponemos matrimonio llevándola a vivir lejos, y quise entrar tratando de abrir lentamente la puerta  del baño, pero un miedo terrible de no encontrarla se apodero de mí.

Pero que haces ahora me preguntaba, recuerda el primer día que la besaste casi a fuerzas.
- No  no fue así eso se escucha muy altanero.

Recuerdo que estaba dormida en el asiento de atrás del coche hasta donde llegue escurriendo como serpiente y como no despertaba quise emular el cuento de la bella durmiente y la desperté con mis besos.
Luego me quede pensando en como serían mis besos buenos o malos?…………. Después de un rato dije creo que son buenos o amenos no se han quejado………….

Y de mi juguete pues tampoco nadie se ha quejado a un que las jueces  que le  conocen  no se si sean los adecuados.

Es decir o han sido putas de oficio ó han sido vírgenes que conmigo estaban perdiendo ese título o de plano una que otra apática sexual que temía que su mamá la regañara, sin saber que en algunas partes de la ciudad el sexo constituye una fuente de trabajo para algunos, una fuente de ingreso para otros, y una fuente de desfalco para muchos de nosotros.

“Que quede claro que yo visitaba esos lugares tan solo por que, como miembro activo de la sociedad y comprometido con la patria debo ayudar a activar la economía de alguna forma”

Y es que vas a esos lugares por equivocación buscando un teléfono para marcar al cielo aun que, sea por un  rato y las ves ahí pobrecitas tan encueraditas, con tanto frío algunas con sus pompitas heladas y que quieres soy un ser humano lo menos que puedo hacer es abrazarlas y brindarles mi protección.

“por eso digo y estoy comprometido con la sociedad a defender a criaturas tan inocentes de las injusticias de la vida y a brindarles un poco de cariño y comprensión”  Amen.
 Pero regresando a lo de antes, ¿de que tamaño será?


 Escuchaba el canto de minerva mientras se bañaba imaginándola desnuda e irresistible, mientras  un  cohete erecto que iba a ser disparado al espacio  comenzó a levantarse ante mis ojos, era la fotografía del columbia impresa por la parte de atrás en la caja de fósforos  con los que encendía otro cigarrillo, 


-Minerva  ¿de que tamaño la ten...…………..?  Iba a gritar pensando en que ella era la experiencia mediana que necesitaba.

¿Y si ella no esta ahí?        no quiero saberlo …. Y fui a  esconderme  atrás de la cama y como nadie salía del baño recargue mi espalda contra la pared y pensé……….

La bese en el asiento de atrás del carro por primera vez, cuantas cosas no hice en ese carro………….

Y luego me levante y busque mi saco por toda la habitación.


Me vestí, me miraba al espejo y decía:

"Vamos viejo no te ves tan mal"  te ves mejor que anoche cuando estabas en pelotas, ¿cuanto tiempo sin hacer ejercicio?

Quizás sería bueno ir a correr, el ejercicio físico es bueno para la salud, despeja tu mente , te ayuda a verte bien, levanta tu autoestima a demás estas fumando como loco otra vez.
Y de esa manera observe que llevaba el anillo que siempre uso no el que llevaba antes si no el  que esta alargado y parece dedal.

-Cabron¡ no me digas que esta cosa entro en………….. Con razón minerva se quejaba  cuando brincamos de la prehistoria a la historia de amor  de esta noche.

Y así pensando y medio asustado me di cuenta de que  estaba en el centro del cuarto de  baño y Minerva no estaba ahí fue entonce cuando un fuerte olor a vómito me produjo nauseas.

Luego salí  a la calle  tratando de caminar  erguido luciendo  de la mejor manera posible pero al pasar frente a un vidrio obscuro de una mueblería donde se anunciaba el 20 % de descuento en toda la mercancía  me observe a mi mismo  y entendí, que la carga de mis años se reflejaba en cada centímetro de mi cuerpo.


Enero 2012.


R. Faulkner.

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